miércoles, 31 de diciembre de 2014

lunes, 15 de diciembre de 2014

Amar es para siempre' Tarde de verbena Fortunato aprovecha la fiesta para acercarse a Encarna. A3. Del 15 al 19. 16.30 h.

Se acerca la boda

Ver a Laura y Julián más juntos que nunca resulta insoportable para Juana. Además, sus intentos por evitar la boda de su hija han sido todos un fracaso.

Juana llama a su cómplice

Sin embargo, la matriarca no se da por vencida y explica con todo detalle a Verónica, la chica a quien ha pagado para tender una trampa a Julián, cómo seducirlo: “Me encargaré de que vaya al café. Siéntate a su lado, háblale de su atractivo, de su elegancia, su saber estar… y no te vayas sin besarlo. Un fotógrafo inmortalizará el momento

El ataque de Verónica

Días después, Julián toma una copa solo en el Café cuando Verónica llega. “¡Qué casualidad! ¿Puedo sentarme?”, dice sin dejarle tiempo para contestar. Descarada, le da un beso en los labios:“Es que no he podido resistirme a tus encantos. Perdona, no sé que me ha pasado”. Aunque la aparta inmediatamente, ya es demasiado tarde…
 
La preocupación de Aquilino
Entre tanto, Aquilino se reúne con Ismael con intención de abrirle los ojos: “Tu padre sufrió mucho por culpa de Cristina. Lo chantajeó y seguro que la historia se repetirá contigo”.

Ismael reafirma a Cristina su amor

Molesto, Ismael responde con una pregunta: “¿Quién te crees que eres para meterte en mi vida?, recrimina, sin sospechar la verdadera relación que le une al químico. Luego, va a por su novia y para reafirmar su postura, se presenta con su ella y exige que la chica sea invitada a la boda de su hermana: “Si ella no está en la lista, yo tampoco”.

Complicidad familiar

Paco y Américo tienen una espontánea conversación en la que el joven pide consejo a su padre sobre la encrucijada en la que se encuentra: “Sé que Dorita es la novia ideal: guapa, buena, cariñosa, trabajadora… pero Lucía me atrae y acabé en sus brazos. Me duele estar actuando mal”

La ruptura

Con intención de no causar un daño mayor, rompe su relación con la camarera: “Necesito tiempo para aclararme. Sé que no te lo mereces”. Ella, llorosa, se resiste a aceptarlo: “Intentemos empezar de cero”.